Hay ideas que nacen en silencio, con un recuerdo, una canción o una imagen que se queda vibrando en la cabeza. Así comenzó esta serie: Lojamusic Pop Art, una edición especial donde el arte, la música, la nostalgia y Loja se abrazan en un solo trazo.
Después de observar mi ciudad como un lienzo, y plasmar su arquitectura, sus calles y sus íconos en la colección Patrimonio Visual de Loja, sentí que había algo más que podía contar. Quería una Loja diferente. Una Loja donde los turistas, los locales, los soñadores y los niños que fuimos alguna vez, pudieran cruzarse en el mismo espacio.
Y ahí fue cuando apareció la chispa: ¿y si traigo al presente a los personajes de nuestras caricaturas clásicas?
Un compromiso gráfico y emocional
Mi amor por las caricaturas viene desde niña. Me enseñaron a ver el mundo con ojos creativos, a encontrar lo extraordinario en lo cotidiano. Y eso mismo encontré en Loja: una ciudad donde cada calle puede ser un cómic, cada iglesia una portada, cada esquina una canción.
Lojamusic Pop Art es una forma de contar eso. Es nuestra manera —como CLAW— de aportar a un vestir urbano con historia, con humor, con raíces y alas. Porque creemos que lo auténtico, lo que conecta con las emociones, jamás pasa de moda.
Y esto recién comienza.
Fenderito y la música de una ciudad
Así nació Fenderito, una fusión entre Condorito, esa caricatura con la que crecimos generaciones de los 80s, 90s y parte de los 2000, y una Fender Stratocaster, símbolo de la música eléctrica que también marcó nuestras vidas.
Condorito, ese personaje pícaro y popular, ya no solo está en la historieta: ahora se sube a la escena musical, sacudiendo los acordes frente a iglesias e íconos de la ciudad de Loja.
Loja, la ciudad musical, lo recibe con sus plazas como escenarios abiertos. La guitarra en sus manos no es solo un instrumento, es una declaración de libertad creativa.
Popeye, Yahalda y Cantinflas: otra historia, otro arte
Luego vinieron otros. Popeye, ese marinero rudo, aparece ahora en la Plaza de San Francisco tocando el violín con ternura para Olivia. Yahalda —un juego visual entre Yamaha y Mafalda— canta frente a Santo Domingo con una dulzura que hipnotiza. Cantinflas, ícono del cine latinoamericano, ahora toca el piano en la Plaza del Valle, como si el humor hubiera hecho las paces con la nostalgia.
No es solo por jugar. Es por provocar nuevas historias. Por crear otro universo donde los personajes de nuestra infancia se encuentran con los lugares que habitamos. Donde el arte deja de ser decorativo y se vuelve cotidiano.
Claw: vestir cultura, provocar recuerdos
Desde CLAW creemos que la ropa puede contar historias, que una camiseta puede ser un manifiesto emocional. No pretendemos inventar lo nuevo, sino resignificar lo que ya llevamos dentro: los personajes que nos hicieron reír, los lugares que nos vieron crecer y la música que nos ha acompañado siempre.
Esta colección no solo habla de caricaturas. Habla de nuestra ciudad como escenario global. Loja como cuna de arte, música y cultura. Y de Claw como marca que busca vestir con identidad, humor, belleza y propósito.
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